La alfarería es el antiguo arte de crear objetos decorativos,
prácticos o artísticos de todo tipo a partir del modelado de arcilla blanda.
La alfarería, por lo general, se realiza modelando la arcilla
con las manos sobre una base que gira incesantemente, haciendo que la arcilla se
mueva hacia arriba y hacia fuera. Debido a esto es que alfarería también suele
ser conocida por el nombre de “modelado en torno”.
La fabricación de objetos con arcilla o cerámica es uno de los
artes más antiguos de la humanidad, y en un principio su objetivo principal fue
el de crear objetos y recipientes capaces de contener líquidos.
Los orígenes de la alfarería se encuentran hace más de 10.000
años, en la Era Neolítica, donde el sustento de los pueblos se centraba en el
cultivo de la tierra. No obstante, los vestigios más antiguos de la alfaferería
se encuentran en la cerámica Jomon proveniente de Japón hace unos 12.000 años.
En Latinoamérica, específicamente en el Perú, se han encontrado objetos de
alfarería muy antiguos, los de Kotosh-Huayrajirca, que datan de alrededor del
año 1850 antes de Cristo. Estos recipientes Kotosh, que estaban pintados de rojo
y amarillo, no sólo cumplían con el rol contenedor, sino que además servían como
objetos decorativos, y muchas veces eran utilizados en rituales sagrados.
Hoy en día, con la utilización del torno, los alfareros pueden
crear a partir de la arcilla objetos redondos y simétricos como vasijas, platos,
bowls y cilindros. Luego de dar la forma deseada, la arcilla se deja secar, pero
debido a su gran fragilidad es necesario someterla a un proceso de cocción a
nada menos que 1020ºC, y solo así es posible que se endurezca por completo. A
este proceso de cocción se le llama bizcochado.
Una vez que la arcilla ha sido modelada y bizcochada es posible
pintarla, sin embargo, para poder fijar los colores es necesario someterla
nuevamente al calor, proceso denominado horneado de esmalte.
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