Nadir Figueroa parte así mismo de fotografías para su representación de escenas urbanas en las que cada esquina, objeto, edificio, valla, vehículo o transeúnte representa una historia diferente pero igualmente elocuente acerca de las experiencias y entorno del artista. Sus representaciones también se internan en los ámbitos de la realidad puesto que su bidimensionalidad en ocasiones se proyecta hacia el observador por medio de recursos tridimensionales o se ensambla en una especie de vitrinas que permite extenderlas en el espacio replicando su original horizontalidad, e inclusive se ubican para ser miradas hacia arriba cuando implican la bóveda celeste. Su trabajo hace manifiesta su coincidencia con el pensamiento Lacaniano de que lo real es el conjunto de entidades independientemente de que sean percibidas por el ser humano, y de que en cambio, la realidad, que es el sujeto de sus representaciones, está matizada de subjetividad y se halla determinada por las capacidades y maneras de observación de un determinado individuo en una determinada época.
Algunos ejemplos los podemos observar en estos cuadros en lienzo pintados al oleo
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